En el Cantón de Nicoya, se encuentra el Templo de San Blas es considerado una de las edificaciones con más historia cultural de la provincia de Guanacaste, y la cual fue declarada como Sitio de Interés Histórico-Arquitectónico en 1995.

La construcción del primer templo se estima que inició hace casi 500 años (1522-1544), el cual, estaba conformado por paredes de madera y techo de paja, parecidas a las viviendas de la población indígena.

San Blas: La Iglesia que Resistió al Tiempo y a los Desastres Naturales en Nicoya»La historia de la iglesia de San Blas tiene raíces que se remontan al siglo XVI, cuando se inició la construcción de su primer templo, una modesta estructura de madera y paja, típica de la arquitectura indígena de la época, entre 1522 y 1544. Desafortunadamente, este edificio inicial fue devastado por un incendio en 1634. Para su reconstrucción, en 1644 se empleó calicanto, una técnica constructiva que combina piedras y argamasa, creando un templo más resistente que ha sido objeto de múltiples restauraciones a lo largo de los años debido a los estragos de terremotos e incendios. Reconociendo su significado cultural y arquitectónico, la iglesia fue declarada Sitio de Interés Histórico-Arquitectónico en 1995. Durante las obras de restauración, se descubrieron restos humanos en el área, indicando prácticas funerarias antiguas que incluían el entierro de personas notables dentro de la iglesia. Además, entre sus tesoros se encuentra «San Blasito», una imagen venerada y peculiarmente vestida según la tradición ortodoxa, cuya presencia subraya la rica historia y las tradiciones arraigadas en este venerable lugar de culto.

Templo de San Blas en Nicoya: La Iglesia que Resistió al Tiempo y a los Desastres Naturales

Doscientos años después, en 1751, el Obispo Morel de Santa Cruz elevó la edificación al rango de Vicaría, la cual se define como la oficina representante de la Iglesia Católica en el cantón. Además, se estableció a San Blas como Santo Patrono del Templo de Nicoya y la creación de diferentes cofradías dentro de la
región.

A lo largo de los años, el templo ha sufrido varias reconstrucciones debido a diversos incidentes naturales como los terremotos e incendios.

 A finales del Siglo XVIII hubo un incendio en el pueblo de Nicoya, a consecuencia de ese incendio se perdieron valiosos documentos que guardaba la iglesia y en 1822, ocurre un fuerte temblor quedando el Templo San Blas totalmente destruido.

Tras el terremoto de 1822, se intentó redificar un tercer templo, utilizando los cimientos del anterior, pero la construcción no se finalizó por falta de fondos y por el daño de un nuevo temblor en 1826, lo cual obligó a que se reiniciaran las obras, construyendo en 1827 el templo que conocemos hoy en día.

Éste templo sobrevivió a varios temblores, como el de junio de 1900, que le causó grandes daños materiales, siendo necesario realizar grandes reformas al templo, luego, entre 1950 y 1952 otros temblores afectaron al edificio, ​ por lo que planearon una  demolición que no se llevó a cabo gracias al disgusto de los vecinos, el terremoto de Sámara del 2012 volvió a dañar la estructura, resquebrajando la bóveda, las paredes y su espadaña, obligando su cierre temporal al público.

En 2012 se encontraron alrededor de 154 personas enterradas entre los años 1600 y 1813, ya que en ese tiempo no existían los cementerios y era común enterrar a las personas en templos.

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