Ubicado en el corazón de la provincia de Cartago, Peralta, el tercer distrito de Turrialba, se erige como un testamento viviente de tiempos pasados y desafíos presentes. Este pequeño pueblo, nacido al calor del antiguo ferrocarril al Atlántico, ha pasado de ser un próspero enclave a un rincón que algunos describen como «mísero y fantasma». Sin embargo, a pesar de los obstáculos y la falta de desarrollo evidente, Peralta se aferra a la esperanza y se niega a desaparecer.

Un Viaje en el Tiempo en los Pasillos de la Estación de Trenes

Es notorio que el poblado de Peralta nació con la línea del tren y que gran parte de su historia se ha desarrollado en torno a ella. La estación del ferrocarril que dio lugar a este asentamiento se fundó en 1890, pero inició funciones en 1910.

Arte y construcción social del paisaje
Sibaja Solís Mario A. y Blanco Delgado Aaron

Caminar por los pasillos de la antigua estación de trenes de Peralta es como dar un salto en el tiempo. La arquitectura y las estructuras que alguna vez fueron testigos del bullicio y la prosperidad del pueblo ahora se erigen como monumentos silenciosos que cuentan la historia de un pasado que parece haberse congelado en el tiempo.

Sin embargo, el presente de Peralta no refleja la grandeza que una vez lo caracterizó. El pueblo ha quedado rezagado, olvidado por muchos y considerado por algunos como un lugar «vacío y cerrado». A pesar de las necesidades apremiantes, la clase dirigente parece haberse vuelto indiferente, y la falta de desarrollo es palpable.



El Largo Camino a Través de la Adversidad

Peralta ha soportado una serie de desafíos, desde la falta de proyectos de desarrollo hasta la carencia de inversores dispuestos a apostar por su futuro. La dirigencia política, en manos de la misma persona durante más de tres décadas, ha resistido el cambio, ignorando las voces que claman por nuevas ideas y enfoques.

Las quejas de los residentes son constantes, pero la falta de una transición generacional en la política local impide que el pueblo avance. La negativa a ceder el liderazgo a personas más jóvenes y capacitadas ha dejado a Peralta atrapado en un círculo vicioso de estancamiento.

Salir o entrar en Peralta es un desafío por sí mismo. La vía de acceso, especialmente durante la temporada de lluvias, se convierte en un barrial que dificulta el tránsito de vehículos. Los residentes han expresado la urgente necesidad de pavimentar las calles, ya que tanto en invierno como en verano, estas están plagadas de baches, haciendo que caminar por ellas sea una tarea ardua.

La falta de conectividad también plantea un obstáculo significativo. Mientras que las personas mayores no pueden adaptarse a las nuevas tecnologías y tendencias globales por falta de conocimiento, los jóvenes prefieren migrar a las ciudades en busca de oportunidades laborales en grandes corporaciones.

El Renacer de Peralta: Desafíos y Oportunidades

A pesar de su situación actual, Peralta tiene el potencial de resurgir de sus cenizas. Este pueblo, que en otros tiempos fue un epicentro de actividad económica, puede volver a brillar con un enfoque renovado y un compromiso colectivo.

Para que esto ocurra, se requiere un cambio en la dirección política y una apertura a nuevas ideas y liderazgos. Además, la comunidad debe unirse para crear las condiciones necesarias que atraigan inversiones en turismo, agricultura, agroindustria, educación y otros sectores clave.

En otras palabras, Peralta enfrenta desafíos significativos, pero su historia aún no ha llegado a su fin. Con un enfoque colectivo, la participación activa de la comunidad y líderes que estén dispuestos a guiar el cambio, Peralta puede dejar atrás su pasado sombrío y construir un futuro de progreso y bienestar para las generaciones venideras. Este pequeño rincón de Costa Rica, con sus sitios históricos, caminatas pintorescas, vagones del tren al Atlántico, deliciosos quesos y el majestuoso río Reventazón, tiene el potencial de convertirse en un destino turístico vibrante y próspero una vez más.

Sensorial Sunsets