La migración, Venezuela y Costa Rica
El 18 de diciembre se conmemora el Día Internacional del Migrante pues, la UNESCO adoptó, en 1990, la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de los Trabajadores Migratorios y sus Familiares. Este es un documento que establece los derechos de los trabajadores migrantes, su garantía, su respeto y su ejercicio. Aquí, los gobiernos implicados se comprometen a garantizar a los trabajadores migratorios sus derechos. ¿Se respetan los derechos del migrante o aún hay mucho qué cambiar?
La migración: un problema político
La migración es un fenómeno al que el ser humano siempre se ha enfrentado desde tiempos antiguos resultando en el desarrollo de la diversidad cultural, racial y económica, así como conflictos bélicos.
Existen muchas causas para las migraciones actuales. Algunas suceden debido a los desastres naturales, que por el cambio climático están ocurriendo muy a menudo. Otras por los exilios y las persecuciones políticas que se dan a causa de los cambios de regímenes políticos (por ejemplo Chile en la época de los 70 y Nicaragua en la actualidad). Además, las guerras y los conflictos armados provocan que los territorios queden inhabitables, como en el caso de Ucrania y la reciente guerra. La última causa, pero no menos importante, es la crisis económica, la pobreza y la hambruna. Cuando las condiciones de vida se vuelven insoportables, las personas se ven obligadas a abandonar su hogar y buscar nuevas oportunidades en otras regiones.
La migración venezolana en Costa Rica
La población venezolana se ha convertido en uno de los flujos migratorios más importantes en el territorio costarricense. Comenzó a intensificarse por la depresión económica venezolana. Sin embargo, esta población no tiene la intención de quedarse en Costa Rica: solo buscan, mientras tanto, los medios para llegar a salvo a los Estados Unidos.
En el 2022, los costarricenses ven un cambio en las calles, específicamente las de San José y el Valle Central. Cientos de migrantes venezolanos acampando, intentando ganarse la vida, vendiendo artilugios, etc. Este cambio de parecer en la capital ha provocado una ola de xenofobia contra los venezolanos. Muchos costarricenses han difundido la idea de que los inmigrantes tienen malas intenciones: roban, asaltan, agreden, no trabajan, etc.
A consecuencia de estos pensamientos conservadores, se ha incrementado en redes sociales el contenido y los comentarios incitando el odio a esta comunidad migrante. Incluso, se ha organizado alguna que otra manifestación en contra de la llegada de venezolanos al país. Sin embargo, en Costa Rica estas actitudes no son nuevas. Siempre ha existido un resentimiento y discriminación hacia la población nicaragüense, la LGBTIQ+, la indígena o la afrodescendiente.
Entonces, a pesar de que Costa Rica hace parte de la UNESCO, aún le falta mucho por implementar políticas que protejan realmente la integridad de los migrantes en su territorio, así como intentar educar a la población costarricense con el fin de acabar con la xenofobia.
En el día del migrante, seamos más conscientes de la realidad de la persona migrante, de su problemática y de sus necesidades como ser humano.
Autora: Mónica Gallardo para Sensorial Sunsets
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