El 3 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Naturaleza, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la importancia de preservar y proteger nuestro entorno natural. La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció esta fecha en 2013 con el objetivo de promover la conservación y el uso sostenible de los recursos naturales. En este contexto, el concepto del feminismo ambiental surge, una corriente que aboga no solo por la igualdad de género, sino también por la defensa del medio ambiente y la justicia ambiental.

Feminismo y Ambiente: Abrazando la Igualdad y la Sostenibilidad

El feminismo ambiental es una corriente que busca vincular la lucha por la igualdad de género con la protección del medio ambiente. Reconocemos que la degradación ambiental y el cambio climático afectan de manera desproporcionada a las mujeres y a las personas de género diverso con impactos negativos. Además, reconoce el papel fundamental que desempeñan las mujeres en la conservación y el uso sostenible de los recursos naturales.

Son las mujeres provenientes de áreas rurales y familias pobres las que resultan afectadas de manera más negativa y las que han participado más activamente en los movimientos ecológicos. Por lo tanto, no se puede considerar a las ‘mujeres’ como una categoría unitaria

Una de las características distintivas del feminismo ambiental es su enfoque interseccional. Esto significa que reconoce las intersecciones entre la opresión de género, la raza, la clase social y otras formas de discriminación. Por ejemplo, las mujeres indígenas y las comunidades marginadas son a menudo las más afectadas por la degradación ambiental debido a la explotación de recursos naturales en sus territorios.

El ecofeminismo socialista considera que el origen de las diferencias de relación que hombres y mujeres mantienen con el entorno está en las funciones socialmente asignadas a cada uno de los géneros: la reproducción social y el cuidado del grupo familiar condicionan que sean las mujeres las que tienen un contacto más directo con los recursos naturales (agua, suelos, bosques, etcétera); especialmente en sistemas económicos de subsistencia. Es importante resaltar que de ese contacto más directo se deriva un conocimiento diferente, cotidiano, basado en lo concreto y con mayor capacidad y sensibilidad para percibir los problemas medioambientales que puedan afectar a la vida cotidiana, la salud e incluso la supervivencia del grupo familiar. Las ecofeministas socialistas proponen la construcción de una sociedad basada en una nueva relación entre los géneros y una relación distinta con la naturaleza.

Acciones y Activismo Feminista Ambiental

El feminismo ambiental se manifiesta a través de una variedad de acciones y formas de activismo. Esto incluye la defensa de los derechos de las mujeres en el contexto ambiental, la promoción de la participación igualitaria en la toma de decisiones ambientales y la adopción de prácticas sostenibles que beneficien a las comunidades más vulnerables. Además, el feminismo ambiental también cuestiona y critica el modelo económico y político dominante que perpetúa la desigualdad de género y la degradación ambiental.

En el Día Mundial de la Naturaleza, es fundamental reconocer la importancia del feminismo ambiental como un enfoque vital para abordar los desafíos ambientales y de género que enfrentamos en la actualidad. Al integrar la justicia de género y la protección del medio ambiente, podemos trabajar hacia un futuro más equitativo y sostenible para todas las personas y el planeta.

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