Femicidios y acceso a la justicia en Costa Rica
¿Cómo se afronta el problema de la violencia de género y los femicidios en Costa Rica? ¿Cuáles son los obstáculos para acceder a la justicia? Una entrevista con Paola Zeledón de la organización internacional Pan y Rosas.
Según el Observatorio de violencia de género contra las mujeres y acceso a la justicia, en el año 2022, hubo en Costa Rica 21 femicidios (46%) de un total de 50 muertes violentas de mujeres. En el año 2023, hubo 18 femicidios de 72 muertes violentas de mujeres. A esto hay que agregar que:
Al 14 de febrero de 2024, 37 muertes violentas de mujeres estaban pendientes de clasificar por parte de la Subcomisión Interinstitucional de Prevención de Femicidios, esto debido a que la Fiscalía de Género no había tenido ninguna información derivada de la investigación o bien la oportunidad de acceder a la misma, ni siquiera de carácter preliminar.
Hablamos con Paola Zeledón de la organización internacional Pan y Rosas sobre los femicidios en Costa Rica. Sobre si existe un verdadero acceso a la justicia en el país.
¿Cuáles son los principales obstáculos que enfrentan las mujeres víctimas de violencia de género al intentar acceder a la justicia en Costa Rica?
En nuestra opinión, desde Pan y Rosas nos ubicamos desde el feminismo socialista y justamente [pensamos que] el rol que tiene el Estado en la violencia patriarcal, en la violencia contra las mujeres, en las personas sexualmente diversas [no es] solamente la instancia a la cual hay que exigirle cosas o que tiene que garantizar cosas, sino que comprendemos que, la realidad en una sociedad capitalista, el Estado está en función de una clase social.
Para poner de una forma amplia, el Estado en su conjunto está en función y le es funcional la opresión de género y patriarcal para seguir funcionando el statu quo. Para nosotras, el primer obstáculo es ese: que vivimos en un mundo en el que la grandísima mayoría de la sociedad, la clase trabajadora, las mayorías populares que están compuestas por mujeres de estos sectores. Justamente el Estado no está en función de garantizarles justicia a ellas, a elles.
Luego, hay una serie de diferencias brutales en términos de donde vivís. Por ejemplo, para acceder a la información, la gran mayoría de zonas rurales, en zonas que están fuera de lo que llamamos la Gran Área Metropolitana (GAM), donde también hay diferencias, no pueden acceder a la información mínima de dónde podés denunciar, a qué número de teléfono podés usar.
Otro problema, que a nosotras nos gustaría que quede muy marcado, tiene que ver con la condición de las mujeres migrantes. Estas no tienen derechos democráticos en este país y que, por más que las instituciones digan o haya gente que trabaje en instituciones que afirme que sí están cubiertas, lo concreto es que las mujeres, por ejemplo las nicaragüenses, en su mayoría las que están acá, la gente de Venezuela que pasó por acá, es gente que si sufre una situación [en el país], no tiene ningún derecho, no tiene ninguna cobertura. Ese es otro impedimento gravísimo para acceder a las cosas mínimas que ya existen como la propia información.
¿Cuál es el papel que juegan las instituciones gubernamentales y las organizaciones de la sociedad civil en la protección y apoyo a las mujeres afectadas por la violencia de género?
Afortunadamente, como estamos en una corriente que es internacional, vemos en distintos países cómo se comportan de forma muy parecida, cómo hay cosas que surgen en diferentes lugares al mismo tiempo. Por ejemplo, en países como en México o en otros países de Centroamérica, el Estado está muy confundido, por así decirlo. Está muy tomado por organizaciones de crimen organizado por redes de trata, incluso por narcotráfico. Hay mujeres, niñes, personas que no pueden acceder a instituciones porque viven en un lugar que está controlado por tal o cual grupo. Entonces, en general, lo que vemos es un problema de clase, de origen étnico, etc. muy marcado.
Desafíos pendientes: Muertes violentas de mujeres aún sin clasificar
Me gustaría resaltar una cosa que pasa en todo lado. Por ejemplo, en Ciudad Juárez, que es uno de los lugares del mundo donde hay más femicidios al mes, hay un fenómeno que son las madres buscadoras. Eso lo vimos acá con el [caso] de Allison [Bonilla] que fue en plena pandemia. Hubo grandes movilizaciones simultáneas en el país.
Las personas se organizan para buscar a quienes desaparecen o para buscar pistas, para buscar la información necesaria para acceder a la justicia. Para nosotras, eso es muy importante porque frente a la desidia del Estado, de la policía, de las instituciones de justicia, nosotras, como Pan y Rosas, planteamos que es necesario construir Comisiones independientes de investigación para que haya total transparencia respecto de la información y para que, justamente, estas personas que son vecinos, vecines, la familia de la mujer que está desaparecida o que ya se sabe que fue asesinada se organice por fuera del Estado y obligarles [al Estado y a las instituciones] a que hagan algo.
A nosotras nos parece que eso es precisamente un ejemplo importante de cómo se puede salir de esta impotencia que nos pone la impunidad del Estado. Creemos que ese es un gran ejemplo: de que si vos no sos familiar de una víctima de femicidio, pero tenés ganas de solidarizarte, querés hacer activismo, hay un rol que se puede cumplir trabajando desde plataformas, medios de comunicación. Se pueden utilizar obviamente las redes sociales. Pero también, este fenómeno de las buscadores de Ciudad Juárez, ellas iban y hacían las jornadas de búsqueda y encontraban alguna información. Iban y entrevistaban gente que tenía información y además tenían solidaridad de organizaciones estudiantiles, organizaciones de trabajadores, de trabajadoras que iban juntas a la institución de justicia a exigir que se hiciera el trabajo necesario.
Impacto de los femicidios en la sociedad costarricense: Reflexiones sobre los datos
Acá, hay un caso muy importante, el de Fernanda y Raisha. [Xavier] el hermano de Fernanda y tío de Raisha es un activista, pues él ha dado una pelea. Ya van casi mil días de impunidad de ese caso. Se ha organizado, ha hablado por todo lado, [en] todos los lugares. Él está presente en las movilizaciones del movimiento de mujeres por ejemplo. A mí me parece que es una experiencia importante a resaltar: de que se puede hacer desde fuera de las plataformas, instituciones, etc. que supuestamente tienen la tarea para buscar justicia frente a los femicidios. Es importante porque nos deja con esta sensación de que […] podemos organizarnos para combatirlo.
¿Cuál es el impacto del femicidio en las familias y en la sociedad en general?
Sin ningún ánimo de intentar de ponerme yo en su lugar, […] ya de por sí esta sociedad nos pone constantemente a afrontar nuestros problemas individualmente. Yo pienso que ese es el primer gran obstáculo; además de que se te intenta poner como alguien que no es la víctima directa. Pero, ¿cómo hago yo para seguir viviendo?
Hay un clarísimo acompañamiento afectivo-emocional, incluso de ayuda profesional psicológica que es fundamental. Ahí yo sí conozco que sí hay psicólogas, trabajadoras sociales que trabajan en el INAMU (Instituto Nacional de las Mujeres). Es [una tarea] muy complicada, muy difícil, con muy pocos recursos y que, desgraciadamente por estar en los límites de la institución estatal a veces no es suficiente. Es claro que estas personas sufren una afectación personal que es grave.
El ejemplo que yo he visto es que conforme se habla, conforme se hacen todos los esfuerzos porque la denuncia la escuchen más personas, eso va a ayudando a sanar en un plano. Aunque sea complicado decir que se sana uno por completo. Lo que yo he visto es que esas personas conforme hacen de su reclamo un ejercicio más colectivo y menos individual, pues ahí hay algún camino hacia sanar.
Barreras institucionales: Rol del Estado y su relación con la violencia patriarcal
Hay también un elemento que me parece que es importante [y] que hace mucha falta: un acompañamiento más grande por parte del propio activismo de organizaciones que son solidarias. Por ejemplo, si en este país cuando se asesina a la familiar o a la amiga de alguna persona que esté sindicalizada, si ese sindicato hiciera un gran acompañamiento, hiciera una gran campaña, las cosas serían diferentes. Me parece igual con federaciones de estudiantes u otro tipo de plataformas. Hay otros lugares del mundo donde eso pasa y me parece que son buenas prácticas: ir identificando en sus propias vidas algunos factores de riesgo conforme se van organizando para pelear por justicia por su hermana, su prima.
También eso ha sido un aporte, una ayuda en sus propias [vidas] para irse liberando de relaciones de poder, de relaciones de violencia en las que están. Es muy triste, es muy duro pensar que hay que pasar por esta cosa para darse cuenta, pero si una no ve las cosas sobre la base de cómo avanzar, el mundo se pone muy gris.
¿Cómo se relaciona el femicidio con otras formas de violencia de género, como el acoso y la violencia doméstica?
Yo creo que es necesario [hacer] diferenciaciones. Justamente porque en una sociedad que está tan llena de violencia, existe la opción de verlo todo como una gran y profunda violencia y tampoco es así. Tenemos un montón de mecanismos diferentes para navegar esta vida y también somos muy distintas entre nosotras. Hay gente a la que le afecta más que le digan algo en la calle, otra a la que le afecta menos. Depende mucho pero es claro que todas las formas de violencia machista y patriarcal están vinculadas entre sí.
La diferencia que yo vería pues es que el femicidio es la [forma] más extrema y es la que se pone siempre como aleccionadora. Hay un montón de mecanismos de control social que, básicamente, lo que nos están diciendo a nosotras y a los más jóvenes es: “No se comporte de esta forma porque el riesgo es que la maten”. Entonces a mí me parece [que es] importante hablarlo también como todos estos mecanismos de control que hay alrededor. Es muy importante [tener esto en cuenta] para hablar con compañeros, con varones que quieren salirse de esos comportamientos.
Hay que hacer un ligamen y tener claro que nuestra pelea es contra todos. Que si bien es cierto, no es lo mismo decir “Me gritaron algo en la calle” a decir “Me agredieron físicamente”. No es lo mismo, pero nosotras estamos por combatir estas formas de violencia. Justamente, la mejor forma de combatirlas es no aislarlas como accidentes individuales, sino verlas como un entramado social de cómo se habla de nuestros cuerpos, de nuestras vidas.
¿Cuál es la responsabilidad de los medios de comunicación en la cobertura del femicidio y cómo puede ser más responsable?
Hay varias claves. La primera es que la gran mayoría de medios de comunicación son también empresas, son corporaciones que están vinculadas a los intereses de los grandes empresarios, de los grandes capitalistas y que, en esa medida, les es funcional.
Lo segundo es [que es] clarísimo cuando son hombres machistas que no se cuestionan nada escribiendo las notas, haciendo los reportajes. [Se puede decir que] hay más mujeres, más personas no binarias generando [nuevos] contenidos y reflexionando sobre estas cosas, pero tampoco podemos decir que en La Extra no trabaja ninguna [mujer] y por eso se dicen las cosas que se dicen.
Crítica mediática: Análisis de la representación y el enfoque de los medios
Ahí hay un elemento que se tiene que cuestionar: ¿quién produce qué y para qué? ¿Qué tipo de producto mediático, noticioso se está haciendo en función de qué?
Otra clave que me parece importante tiene que ver con cuáles son las reacciones o las formas en las que reaccionamos a ese tipo de cosas. Por ejemplo, La Extra, que la escracheamos [en] todas las movilizaciones, alguna modificación han tenido que hacer en la forma en la que abordan las cosas. Esta presión política funciona.
Por ejemplo, hay países del mundo, en México que se utiliza [la presión política]. Sencillamente son movilizaciones tan grandes que ya no se puede hablar en la forma en la que se hablaba antes y tienen que abordar el problema distinto.
Igual en Argentina, después de las grandísimas movilizaciones de «Ni una menos» que fueron millones de personas donde también estaban organizaciones, no sólo de mujeres, sino también de trabajadores de campesinos etc. Allá también hubo un cambio en cómo se hacen las noticias, en cómo se habla sobre el femicidio porque ya no se sostenía. Te quedabas como un cavernícola y estabas hablando con nadie. Sencillamente no te iban a consumir tu noticiero si estabas diciendo la cosa igual.
No hay medio de comunicación que sea objetivo y que trabaje sobre la nada, sino que hay fuerzas políticas y sociales detrás. Creo que hay una responsabilidad de los medios, pero se puede forzar, se le puede torcer la mano. Conforme [haya] más personas que [tengamos] otra forma de pensar, que estemos generando la noticia, las cosas se van modificando.
¿Qué acciones se están llevando a cabo para sensibilizar a la sociedad sobre la gravedad del femicidio y la importancia de prevenirlo?
Te puedo responder desde el lenguaje que usamos. Nosotras trabajamos con una red internacional de medios que se llama la Izquierda Diario. Si entrás en cualquier idioma, no te vas a encontrar el lenguaje machista o deshumanizadora que hay; no sólo para hablar de violencia, sino para hablar de otras cosas.
No te vas a encontrar “La mujer del futbolista” o algunas formulaciones por el estilo. No te vas a encontrar “La esposa de…”. [Vas a encontrar] una forma de hablar de nuestra humanidad de forma integral. Nosotras hacemos algún esfuerzo por difundir denuncias que no vas a ver en otros medios de comunicación, como este caso de Fernanda y Raisha. Hacemos un esfuerzo de poner los reclamos de mujeres que no tienen voz en otros lugares.
Presión ciudadana y cambio
Estamos acompañando este proceso de organización de comunidades por el tema del agua que hay en varios cantones de San José. [Estas] han estado garantizando algunas movilizaciones bastante importantes, donde son en su mayoría mujeres, que en su condición de amas de casa, de jefas de hogar, están saliendo a exigir su derecho al agua. Por ejemplo, a nosotras nos parece que el movimiento de mujeres, el feminismo que habla contra la violencia también debería tomar reclamos como este porque es absolutamente violento que haya personas que, durante 18 horas al día, no tengan agua potable. Esto afecta de forma desigual en las zonas costeras.
Acabamos de publicar un estudio importante que hubo en la zona de Sixaola que dice que 56% de los hogares no tiene agua potable en esa zona del todo. No es que se las cortan durante el día, [es que] no tienen acceso.
Me parece necesario resaltar que en todas nuestras marchas, convocatorias, movilizaciones, decimos una frase que creo que es clave: “Señor, señora no sea indiferente. Se mata a las mujeres en la cara de la gente”. Creo que la propia movilización es muy concientizadora, pero hay que hacer más. Hay que redoblar el esfuerzo.
Visibilizando la diversidad: Narrativas inclusivas y la lucha contra la discriminación
Pensamos que hay que ir más a las propias comunidades, a las escuelas, a los colegios. Hacer más talleres, hacer espacios de discusión, de conversación. Porque lo que te vas a encontrar si salís de la burbuja académica, es que ya las mujeres viven de una forma en la que cuestionan el machismo, en la que cuestionan este rol de sujeto privado que solamente cuida de los demás, que no piensa en sí misma. Ya existen un montón de formas muy creativas, muy distintas en las que las mujeres se salen de esos roles y que, cuando vas a hablar de la necesidad de cuestionar otras cosas, de pensar los derechos sexuales y reproductivos, de pensar en la educación sexual, de pensar en el derecho al aborto, te das cuenta que no es un terreno tan árido como se pensaría.
Te das cuenta que hay menos prejuicios de los que vos pensás. De repente, yo lo que he entendido es que hay más prejuicios en el empresario que vive en Escazú que está metido en su burbujita, que en el de los trabajadores, los campesinos con los que yo he hablado. [Ellos] están codo a codo con sus compañeras, con su hermana, con su prima peleando contra la misma situación económica horrible.
Esos esfuerzos los tratamos de hacer: mostrar las cosas que no te muestran. También es muy importante poner muchísimo foco en las voces de la gente más joven que está rompiendo con el binario sexo genérico.
Sensorial Sunsets en colaboración con Paola Zeledón, Pan y Rosas Costa Rica
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