Una de las razones principales por las cuales las personas visitan otros países, es para palpar su historia a través de sus edificaciones, monumentos, arte, espacios, artefactos, calles, e incluso, aromas.

Cuando tuve la oportunidad de ir a Londres en el año 2010, pude disfrutar del pasado por medio de todos esos lugares que el gobierno británico ha logrado conservar casi de forma intacta a través de los siglos, con algunas restauraciones de rigor para que todos sigamos apreciando la belleza innata que ha fascinado a la sociedad por muchísimos años.

Algo que realmente me encantó fue hacer el “walking tour” de Jack The Ripper. Entre todos los sitios que visitamos está el histórico pub llamado Ten Bells. Es famoso mundialmente por tener más de 250 años y haber sido concurrido por Annie Chapman y Mary Jane Kelly, e incluso por el mismo Jack el Destripador.

El lugar ha sido conservado casi indemne desde hace siglos (especialmente en su interior) y su apariencia externa también mantiene el aire antiguo que lo hace único. Esa es precisamente la belleza y el valor que tiene una joya arquitectónica: que se mantenga lo más originalmente posible.

Uno de los mayores atractivos de este pub es su rótulo y logo, el cual ha sido conservado por muchísimos años y que identifica a Ten Bells, precisamente, como un diamante histórico. La palabra “logo” se define como imágenes, textos, formas o una combinación de los tres que representan el nombre y el propósito de un negocio. Sin embargo, un logo puede y debe ser más que un símbolo de identificación. Si está bien diseñado, también cuenta la historia de una empresa. De hecho, ayuda a transmitir el mensaje de la marca de una manera que ayuda a establecer una conexión emocional con tu público objetivo.

El Teatro Nacional de Costa Rica fue declarado monumento nacional en 1965, y recibió la declaratoria de “Símbolo Nacional del Patrimonio Histórico Arquitectónico y Libertad Cultural” el 5 de febrero de 2018.  Entre sus políticas institucionales está:

Fortalecer la conservación del Edificio Principal del Teatro Nacional de Costa Rica, el cual constituye Patrimonio Histórico Nacional y una de las obras arquitectónicas más importantes del país.

Uno de sus objetivos institucionales es:

Conservando la historia, al conservar integralmente la infraestructura y asegurar las mejores condiciones del Teatro Nacional de Costa Rica para el máximo deleite del público nacional e internacional.

Estarán de acuerdo conmigo en que parte fundamental de un negocio, local, edificio o institución es el nombre y logo con el cual se ha identificado desde sus inicios y que encierra la esencia de su objetivo principal y valores por el cual fue creado.

El logotipo del Teatro Nacional de Costa Rica fue creado hace 127 años y ha sido uno de los pocos que denota verdadero arte, elegancia, clase y belleza. El mismo fue basado en el monograma que se encuentra en el piso de mármol del vestíbulo del teatro. Sin embargo, el gobierno de la República decide que ahora tienen que usar el mismo logo para todas las instituciones en sus redes sociales:

Las comunicaciones gráficas en redes sociales de las instituciones del Estado siguen lineamientos acordes a cada administración, indica el comunicado oficial.

Pero, ¿saben qué? (como dijo nuestro mandatario): hay cosas que sí o sí se deben mantener igual y las cuales no hay necesidad de cambiar. Lo que no está roto, ¿para qué volverlo a armar? Existen cosas en esta vida que no deben tocarse. Así de sencillo.

Comprendo perfectamente la molestia de muchos costarricenses, pues me uno a ella. Y otra cosa importante que talvez el mismo gobierno de la República no ha analizado con este cambio en las redes sociales de las instituciones del Estado, y específicamente este caso particular del Teatro Nacional: NO solo quienes vivimos en Costa Rica vemos las redes sociales, sino muchísimos otros ciudadanos del mundo. Y honestamente les digo: si yo fuera extranjero, visito la página de Facebook del Teatro Nacional de Costa Rica para ver qué tan interesante sería conocerlo en persona y veo ese logo tan insípido y sin vida, quedaría con un mal sabor de boca o sencillamente buscaría otro lugar que me llame más la atención.

No es un mito: ¡todo entra por los ojos! Por eso países como Inglaterra reciben a millones de turistas al año; tanto su gobierno como ciudadanos valoran, aprecian, conservan y aman su historia… y el mundo puede ser parte al apreciar lo que ellos han mantenido inalterado.