Abolición del Ejército y Defensa de la Soberanía de Costa Rica.

El 1 de diciembre de 1948, el Presidente de la Junta de Gobierno, Don José Figueres, propina un mazazo a una de las roquetas del Cuartel Bellavista para derribarlo y así, en un acto simbólico, decreta la abolición del Ejército, dando inicio al traspaso y remodelación del antiguo Cuartel Bellavista para convertirlo en lo que sería el actual Museo Nacional de Costa Rica.

El pasado 1 de diciembre de 1948, le di unos mazazos sobre un muro del Cuartel Bellavista para simbolizar así la eliminación del vestigio del espíritu militar de Costa Rica en otro tiempo y entregué las instalaciones para sede de un Museo de Antropología que hoy en día sigue irradiando cultura.

El 11 de ese mismo mes y año, por decreto N° 749, la Junta Fundadora de la Segunda República traspasó el Cuartel Bellavista a la Universidad de Costa Rica para que allí se instalara el Museo Nacional. Pero fue hasta el 31 de octubre de 1949, en el acta N° 178, que aparece la aprobación del artículo constitucional que suprime el Ejército como una institución permanente y crea la Policía Civil, para el resguardo del orden público.

Abolición del Ejército

Algo muy importante es que ese día, Don José Figueres Ferrer, más conocido como Don Pepe Figueres, abolió el Ejército de él, es decir, el Ejército de la Segunda República o Ejército de Liberación Nacional, más nunca el Ejército Nacional de Costa Rica. La verdad es que el 1 de diciembre de 1948 nunca se abolió el Ejército Nacional de Costa Rica. Eso tiene que quedar muy claro, porque ha sido malinterpretado hasta el día de hoy.

Después de haber eliminado el Ejército, se da el traspaso al Presidente de la República aquel 8 de noviembre de 1949, y vemos al Presidente Don Otilio Ulate Blanco después de haber pronunciado su juramento a la patria y de asumir la presidencia de la república. De izquierda a derecha: José Figueres, Dr. Marcial Rodríguez, Presidente de la Asamblea Constituyente, Otilio Ulate y Jorge Guardia Carazo, Presidente de la Corte Suprema de Justicia. Curiosamente, el Sr. Ulate se encuentra parado debajo del dibujo de la Estatua de la Libertad. El joven cadete que sostiene el pabellón es Abel Pacheco E.

Invasión desde Nicaragua a Costa Rica en 1948

Prueba de esto: el 8 de diciembre de 1948, se realizan elecciones de una Asamblea Nacional Constituyente de 45 diputados, quienes tendrían la responsabilidad de redactar la nueva Constitución de Costa Rica. Pero ese mismo día, la Junta informa al país que desde Nicaragua, y con el apoyo del dictador Anastasio Somoza García conjuntamente con Rafael Ángel Calderón Guardia y Teodoro Picado, han organizado una fuerza militar para invadir Costa Rica, tumbar a José Figueres y tomar el gobierno por la fuerza.

La invasión estaba programada para el mismo 8 de diciembre, coincidiendo con las elecciones constituyentes, pero prácticamente toda Nicaragua y hasta algunos pueblos del norte de Guanacaste se paralizaron por la célebre «Gritería», concurrente con la fiesta de la Inmaculada Concepción de María. La invasión se atrasó 4 días. Fue el 12 de diciembre que despertamos con la noticia de que nos habían invadido y el enemigo avanzaba sin obstáculo previsible hacia Liberia. La Junta declara estado de emergencia nacional, Don Pepe Figueres asume el mando supremo de las fuerzas leales y envía tropas a Guanacaste para contraatacar a las fuerzas invasoras.

Ese mismo 17 de diciembre de 1948, se realizó una manifestación de apoyo del pueblo costarricense al Presidente Figueres y a la Junta de Gobierno con motivo de la invasión de Costa Rica por parte de Nicaragua.

El 17 de diciembre, Don Pepe Figueres encabeza un batallón de fuerzas voluntarias del gobierno, quienes, con otros miembros de la Junta Revolucionaria, entran a Liberia, Guanacaste, para atacar a las fuerzas invasoras. Ese mismo día se realiza una improvisada reunión histórica de la Junta de Gobierno en el Cuartel de Liberia, para planear la estrategia militar para defender a Costa Rica.

Abolición del Ejército y Defensa de la Soberanía de Costa Rica.

A la izquierda, en esta histórica fotografía, vemos a las tropas costarricenses entrando a Liberia, el 17 de diciembre de 1948. De izquierda a derecha: Padre Benjamín Núñez, Don Otilio Ulate Blanco, Don José Figueres Ferrer, Don Gonzalo Facio, Don Bruce Masís (detrás de Don Otilio en la tercera fila) y, al margen derecho, el fotógrafo Don Francisco Coto.

El 19 de diciembre de 1948, miembros de la Comisión Investigadora de la Organización de Estados Americanos se abren paso por un trillo polvoriento hacia la ciudad de Liberia desde el campo de aterrizaje de esa ciudad. El Presidente Figueres encabeza el grupo escoltado a la derecha por un soldado con su rifle.

El 22 de diciembre, tras feroz y decisiva batalla, se produce la toma de El Amo y dos días después, La Cruz cae también en poder del Gobierno de Costa Rica. Los invasores huyen hacia El Murciélago y de paso asesinan ahí al Padre Jorge Quesada González, Antonio Facio Castro, Jaime Gutiérrez Braun, Óscar Mainiere Ibarra, Jorge Manuel Delgado Flores y Edgar Ardón Brenes, ninguno de ellos combatientes, todos eran colaboradores de la Cruz Roja Costarricense.

La OEA ordena a Costa Rica y a Nicaragua «suspender de inmediato las hostilidades» y organiza una Comisión Militar Internacional que deberá apersonarse en el campo para ver que se cumpliera la orden. Sin embargo, tras las derrotas de El Amo y La Cruz, los invasores en su huida sorprenden a la guarnición del Gobierno en Puerto Soley y asesinan a Eloy Morúa Carrillo, Bernal Vargas Facio, Efraín Roldán Pérez y Víctor Manuel Víquez Arguedas. Otros 35 hombres fueron apresados, llevados a Nicaragua y más tarde liberados y devueltos a Costa Rica. Como testimonio histórico de lo sucedido en El Murciélago, se desvelaría más tarde una placa conmemorativa.

El Cardonazo

Atrás se puede ver el frente de la Universidad Santo Tomás; después estaría el Banco Anglo Costarricense y hoy en día el Ministerio de Hacienda. Esta fotografía de la derecha fue tomada desde la azotea del Gran Hotel Costa Rica en San José.

El pacto cumplió, pero además, el propio Figueres llevó a cabo una serie de reformas sociales también de tinte socialista. Dos en particular provocaron gran disconformidad de los grupos conservadores de la derecha más dura y oligarca: la nacionalización bancaria y el impuesto del 10% al capital. Cardona, apoyado por estos grupos, decide dar un golpe de Estado para deponer a Figueres, tomando el Cuartel Bellavista junto a varios militares sublevados. Cardona pedía, además de la derogación de esas leyes, la renuncia de los ministros Alberto Martén de Economía y el sacerdote Benjamín Núñez de Trabajo.

El gobierno respondió de inmediato cercando el Cuartel de la Artillería, donde se encontraba Edgar Cardona, y el Cuartel Bellavista, con Fernando Figuls Quirós, quien también se había alzado en armas, junto a militares voluntarios fieles como Frank Marshall Jiménez. Se produjo un leve enfrentamiento entre ambos bandos dentro de las instalaciones, lo que permitió la entrada de Figueres mismo a negociar. José Figueres ordenó la rendición, a la que se negaron los sublevados. Tras varias horas de asedio, finalmente se rindieron a las 3 de la tarde del 3 de abril de 1949, con un saldo de nueve muertos y treinta heridos.

El 4 de abril de 1949, concluido el movimiento armado conocido en la historia costarricense como «El Cardonazo», Don Pepe Figueres llegó una vez más al Cuartel Bellavista, rodeado por algunos de sus hombres leales a él y a la Junta de Gobierno Fundadora de la Segunda República. Ellos derrotaron al coronel Edgar Cardona, jefe de la rebelión, quien ocupaba el cargo de Ministro de Seguridad Pública y había sido, además, uno de los combatientes más valientes y distinguidos del ejército triunfante en la Revolución de principios de 1948.